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PROGRAMA DE CINE: TERENCE FISHERLa Filmoteca Canaria abre la programación de 2014 con un ciclo dedicado a Terence Fisher (1904-1980), director británico cuya carrera estuvo vinculada a la legendaria productora Hammer Films donde realizó las mejores películas de terror gótico para mayor gloria de Christopher Lee, otro mito del cine genérico que cada vez cuenta con más adictos. Dicen las enciclopedias que el término “gótico” hace referencia tanto al arte que tuvo lugar en Europa en el siglo XII como a la novela de intriga o terror ambientada en la Edad Media. Y dicen, igualmente, que alude al tipo de letra que tiene formas angulosas. No dicen las enciclopedias que el término “gótico” denota, en el lenguaje cotidiano, un inequívoco tono peyorativo, probablemente acuñado por quienes no conocen el cine de Fisher, cuyas películas se caracterizan por una mezcla de fantasía, mito y sexualidad que escapa a todo encasillamiento. Ahí está la clave para entender la obra cinematográfica de Fisher (Drácula, La novias de Drácula, La Gorgona, La maldición de Frankenstein y La maldición del Hombre Lobo): con su extraordinaria visceralidad para combinar estilos y conceptos a la hora de poner en imágenes un mundo siniestramente autoritario, presidido por una mente maléfica e inductora todopoderosa del mal comportamiento, Fisher no hace otra cosa que una llamada al espectador para que esté alerta. Históricamente, estamos todavía en terreno incierto, en el interregno espacial en el que los peores monstruos (Drácula, Frankenstein, el Hombre Lobo) se dan en la imaginación. El cine de Fisher se movió siempre dentro de la más elemental, pero no por eso menos complicada, de las paradojas: la subversión en los puntos de vista con que abordaba los mitos clásicos y la sencillez con que planteaba sus historias en la pantalla.

PROGRAMA DE CINE: JAPÓN SE ANIMAComo antesala a la 9ª edición del Festival Internacional de Cine de Animación, Efectos Especiales y Videojuegos (Animayo) que se celebra en Las Palmas de Gran Canaria, la Filmoteca Canaria dedica un ciclo al anime o cine de animación japonés, una industria que no sólo ha transformado el universo juvenil, sino que también ha modificado la percepción que se tiene del cine de animación, con títulos de culto como Ghost in the Shell, que regresa en una nueva edición definitiva 2.0 remasterizada por el maestro Mamoru Oshii en persona, o clásicos instantáneos como El verano de Coo, de Keiichi Hara. “Las cosas tienen alma —dice Melquíades, el célebre personaje de la novela de Gabriel García Márquez Cien años de soledad—, todo es cuestión de despertarles el ánima”. Eso es precisamente lo que hace Keiichi Hara en la película que abre el ciclo, Colorful, una historia hermosa, creíble, realista y, al mismo tiempo, imaginativa. No es una película sobre las segundas oportunidades, o no sólo eso. Nos empuja a reflexionar sobre nuestros actos, sobre los desafíos que la vida nos plantea, sobre las huellas que dejamos. Así le ocurre también a la protagonista de Una carta para Momo de Hiroyuki Okiura, una joven que vive acosada por el recuerdo de su padre. Para realizar una película de animación tan atravesada por lo real, como Colorful o Una carta para Momo, hace falta, sin ninguna duda, tener el talento Hara o Okiura, cuyos trabajos (al igual que el de los demás directores que integran el ciclo) revelan esa facultad de “ilusionar” al lector en la que Balzac, el genial autor de Las ilusiones perdidas, veía la cualidad principal del artista. Japón se anima. Ahora sólo hace falta que se animen ustedes.

PROGRAMA DE CINE: ERNST LUBITSCHLa Filmoteca Canaria inicia la programación de 2013 con un ciclo dedicado a Ernst Lubitsch (1892-1947), uno de los genios inconmensurables que ha dado el séptimo arte, exquisito director, espléndido guionista, actor intuitivo y magnífico productor. Su brillante trayectoria artística convirtió su singladura, primero en Alemania y después en Estados Unidos, en una de las más valiosas de la historia del cine. Leyenda de su tiempo (fue el creador del “toque Lubitsch”, un tópico trillado para decir que encarnaba un estilo y una visión que estaban muriendo ya en la década de los años cuarenta), Lubitsch realizó obras de entretenimiento de inimitable encanto y desbordante humor que hoy siguen haciendo reír a la gente, como El bazar de las sorpresas, Ninotchka o la demoledora parodia antinazi Ser o no ser. Se dice que Hitler la tenía tomada con él. Según cuenta Scott Eyman en la biografía Ernst Lubitsch, Risas en el Paraíso, el canciller alemán ordenó que en la estación de tren de Berlín se instalara una gran fotografía ampliada de su rostro con la leyenda “El judío arquetípico”. Los tiempos cambian, y ahora la sentencia se ha convertido en sinónimo de genio. Como señaló el crítico Michael Wilmington, las películas de Lubitsch “eran elegantes y chuscas a la vez, sofisticadas y groseras, corteses y ensimismadas, frívolas y no obstante profundas. Fueron dirigidas por un hombre al que el sexo le divertía más que asustarlo; y que enseñó a toda una cultura a divertirse también con él”. Su empeño no fue en balde: le cambió la vida y alegró la de muchos.

PROGRAMA DE CINE: ROBERT GUÉDIGUIAN.En los meses de marzo y abril, la Filmoteca Canaria, en colaboración con la Alianza Francesa, dedica una retrospectiva al cineasta francés Robert Guédiguian. Nacido en 1953 en Marsella, en una casa del distrito de L'Estaque (el barrio portuario retratado por Paul Cézanne en la pintura y Emile Zola en la literatura), Guédiguian nunca se ha cansado de repetir que el cine es para él un medio de expresión, "o lo que es lo mismo, de existir", y de compromiso social más que una opción estética. El cine de Guédiguian es una representación lúcida de la clase trabajadora que lucha con su entorno para vivir con dignidad. Por eso ingresó en el partido comunista francés a los 14 años, el cual dejó a los 27 un tanto desencantado y encontró en el cine, del que hasta ese momento no sabía nada (había estudiado Sociología en la Facultad de Aix-en-Provence), otra manera de comprometerse socialmente. Si la forma en que llegó al cine en 1980 no es la habitual, tampoco lo es su modo de trabajar. Aunque vive en París, rueda siempre en Marsella, con el equipo de siempre. Los mismos actores (su mujer Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darrossin, Pierre Banderet) y los mismos técnicos (Jean-Louise Milesi, Bernard Cavalié, Jacques Menichetti). Allí donde el retrato del proletariado ha sido casi siempre una invitación a un tipo de violencia, Guédiguian ha creído ver en él un elemento de extrema importancia dialéctica, como demuestran películas como Marius y Jeannette, Al ataque o La ciudad está tranquila.

PROGRAMA DE CINE: DON SIEGELLa Filmoteca Canaria cierra la programación de 2013 con un ciclo dedicado a Don Siegel (1912-1991), director con una dilatada trayectoria cinematográfica a sus espaldas con la que, a pesar de algún altibajo, supo mantener su estilo, con historias poderosas, contundentes y duras, historias con las que logró trascender las limitaciones de la serie B y aportar títulos muy significativos a diferentes géneros, como la ciencia-ficción (La invasión de los ladrones de cuerpos), el cine negro (Código del hampa) o el western (El seductor). Siegel no sólo ejerció una gran influencia sobre el cine de género, aportando un punto de vista inconformista y revitalizador a lo largo de más de treinta años, sino que también impulsó la carrera de Clint Eastwood como director: “Él me animó a que dirigiera y yo le animé a ser actor... Yo creo que si hay algo que verdaderamente aprendí de Don Siegel es a saber lo que quieres rodar y a saber qué estás viendo cuando lo ves; y eso es algo que no he visto muchas veces en todos estos años”. Así recordó Eastwood el magisterio de Siegel, para quien trabajó como actor en cinco ocasiones que le sirvieron para conocer, y posteriormente desarrollar en sus propias películas, su inconfundible estilo, un estilo directo, siempre centrado en la esencia del relato y con un ritmo enérgico e impactante. Siegel fue un artesano muy consciente de su papel en la historia del cine americano, un profesional que se permitió mostrar en imágenes, cuya capacidad de sugestión crece en cada nueva visión, lo que gran parte de las películas de su época obviaba sistemáticamente.

PROGRAMA DE CINE: ROBERT ALDRICH.Por extraño que parezca, el director de películas como El beso mortal, El último atardecer, ¿Qué fue de Baby Jane?, Canción de cuna para un cadáver o El emperador del Norte nunca obtuvo el reconocimiento de la Academia de Hollywood. Pero los premios no son determinantes, no deberían serlo, acaso son sólo una prueba más del injusto ostracismo que sufrió Robert Aldrich (1918-1983) durante toda su carrera y que hoy, con este ciclo que le dedica la Filmoteca Canaria, se trata de paliar en lo posible. Una posible razón del descrédito de Aldrich en determinados ámbitos de la industria americana puede que sea su falta de adecuación a los esquemas de Hollywood. Aldrich fue un director adelantado a su tiempo, que se empeñó en innovar a contracorriente. Es el caso de la película El beso mortal, basada en la novela Kiss Me Deadley de Mickey Spillane, que vuelve del revés las cánones del cine negro para hacerlo todavía más negro y perturbador. Para Aldrich no se trata de romper con el género, ni de apropiarse de la obra de Spillane, sino de infiltrarse en ella y recomponerla desde dentro. Esta misma libertad se traspasa a El último atardecer, un extraño western de soterradas y retorcidas pasiones, y ¿Qué fue de Baby Jane, una lúdica y maliciosa aproximación a los peligros de la fama, donde Aldrich maneja clichés melodramáticos con soltura y desparpajo.

PROGRAMA DE CINE: INDEPENDIENTES USA 1950-1990.Decía el poeta Wallace Stevens que “la imaginación siempre está al final de una era”. Cuando llegó a su fin la era de los grandes estudios cinematográficos, que el cineasta Billy Wilder retrató como nadie en la magnífica El crepúsculo de los dioses, el cine underground o de bajo presupuesto se convirtió en una válvula de escape para muchos directores sentenciados, o directamente desahuciados, así como para jóvenes talentos en ciernes, permitiéndoles no sólo realizar películas sin caer dentro de los rígidos esquemas del sistema de los estudios (el lema de la Warner Bros era: “No la quiero buena, la quiero el martes”), sino también poner la imaginación a su servicio. Los escasos recursos obligaron a muchos de estos directores a utilizar elementos de la realidad, convirtiendo el acto de filmar en un desafío. Es por ello que la Filmoteca Canaria ha programado para abril y mayo un ciclo dedicado al cine underground americano bajo el título Independientes USA(1950-1990), compuesta por películas de culto como Dementia, realización extraña y rara avis dirigida por un debutante que nunca más repetiría, John Parker, que causó el rechazo del Comité de Censura de Nueva York, que decidió vetarla durante tres años; Trash, filmada en condiciones de ultraindependencia y casi amateurismo por Paul Morrisey, en colaboración con el artista pop Andy Warhol; o Doc's Kingdom, testamento cinematográfico de Robert Kramer, un director tan experimental como único, que encarna casi como ningún otro la marginalidad (y la militancia) cinematográfica en estado puro.

PROGRAMA DE CINE: NINO ROTA.Con motivo del centenario del nacimiento del compositor italiano Nino Rota (1911-1979), la Filmoteca Canaria, en colaboración con Fimucité, quiere rendirle homenaje con la proyección de cinco títulos imprescindibles de su filmografía como músico de cine. Nacido en una familia de melómanos, Rota estudió con Giacomo Orefice e Ildebrando Pizzetti, completando su formación en el conservatorio de Santa Cecilia, con Alfredo Casella. En 1930 se fue a los Estados Unidos para asistir a algunos cursos de perfeccionamiento; luego regresó a su país, para licenciarse en letras en la Universidad de Milán. Enseñó en el liceo de Taranto y en el de Bari, del cual se convirtió también en rector. Sin embargo alcanzó la popularidad sólo gracias a las bandas sonoras que realizó para los más célebres directores italianos. Treno popolare de Raffaello Matarazzo fue el primero de los 140 largometrajes musicalizados por Rota durante casi medio siglo de actividad. Aunque siempre colaboró con cineastas tanto italianos como extranjeros (Visconti, Castellani, Zeffirelli) como internacionales (King Vidor, Edward Dmytryk, René Clément), su nombre ha quedado asociado a su alianza con Federico Fellini: para él escribió todas las bandas sonoras desde 1952 (El jeque blanco) hasta 1979 (Prueba de orquesta), creando temas inolvidables, como los de La Strada y Ocho y medio. Dos títulos fetiche integrados en una producción que abarca obras de diversos formatos (incluidas sinfonías y óperas), si bien se afianzó en el terreno de la banda sonora, donde obtuvo el Oscar con el tema de El Padrino - Parte II, de Francis Ford Coppola.

PROGRAMA DE CINE: CINE Y LITERATURALa Filmoteca Canaria incorpora a su programación en los meses de mayo y junio el ciclo Cine y Literatura, dando cabida así a dos disciplinas artísticas que se complementan a la vez que permiten la aproximación a los temas importantes que preocupan al individuo. Si el escritor inglés Thomas de Quincey encontró que el asesinato podía ser una de las bellas artes, algún mérito más tienen el cine y la literatura para aspirar a la misma distinción. Es bien sabido que el cine, cuando apenas daba sus primeros pasos a principios del siglo pasado, recurrió a la literatura como fuente de inspiración. De acuerdo con una definición ya clásica de Stendhal , toda novela es un espejo que se pasea por un camino reflejándolo todo. Desde hace más de cien años ese espejo literario confluye con el espejo en que se ha convertido el cine. Este ciclo propone un recorrido por algunas películas basadas en grandes novelas (como El manantial, canto al individualismo y a la independencia escrito por Ayn Rand en 1943, y Todos los hombres del rey, de Robert Penn Warren, galardonada con el Premio Pulitzer en 1946), o aquellas cuyo contenido nos habla del mundo en que vivimos desde ambos lados del espejo.

PROGRAMA DE CINE: JOHN BARRY.A principios de 2011 nos dejaba el compositor británico John Barry, nacido en York (norte de Inglaterra) el 3 de noviembre de 1933. Tenía 77 años y más de cien bandas sonoras a sus espaldas, aunque muchos asocien todavía su nombre sólo a la música de la exitosa serie James Bond. Su primer trabajo para el cine fue en 1960 para la película Hasta el último aliento, de John Guillermin. Dos años más tarde le llamaron para que arreglara la desafortunada partitura que Monty Norman había compuesto para acompañar los primeros pasos de James Bond en el cine: Agente 007 contra el Dr. No, de Terence Young. Aunque no figura acreditado en la película, Barry arregló el desaguisado de Norman y el tema de James Bond quedó no sólo como lo conocemos, sino que fue la piedra angular sobre la que se edificó una composición que nos ha cautivado a todos en las sucesivas entregas de la serie, ahora si, firmadas por Barry. El músico saltó a la fama como líder del grupo The John Barry Seven. Sus primeros pasos musicales estuvieron muy ligados al jazz, algo que se nota en su trabajo en el cine, caracterizado por el uso de instrumentos de viento-metal. A lo largo de su carrera Barry ha conseguido cinco premios Oscar por sus bandas sonoras para Memorias de África, Bailando con lobos, El león en invierno y Nacida libre, pero no hay que olvidar otras bandas sonoras igualmente importantes del polifacético compositor, como El Knack… y cómo conseguirlo, Petulia, Cowboy de medianoche y María, Reina de Escocia, las cuales constituyen el ciclo con el que el Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (Fimucité) y la Filmoteca Canaria quieren rendirle un merecido homenaje.

PROGRAMA DE CINE: JACQUES TOURNEURLa Filmoteca Canaria dedica la programación de los meses de septiembre y octubre a la filmografía del cineasta franco americano Jacques Touneur (1904-1977). Hijo del respetado cineasta francés Maurice Tourneur, siendo joven se mudó a Nueva York y más tarde a Hollywood, donde se convirtió en un artífice “todo terreno”, capaz de enfrentarse competentemente a cualquier género, desde el film de aventuras (La mujer pirata) hasta el cine negro (Retorno al pasado), pasando por el western, aunque quizá sea el cine de misterio en sus diversas derivaciones donde se movió con mayor soltura: Yo anduve con un zombie, La mujer pantera y El hombre leopardo. Es por eso que el sello, o la autoría, de Tourneur no debe buscarse en la coherencia de una temática o en la persistencia de unas obsesiones, sino en la prolongación de unos determinados rasgos de estilo, referidos a muy distintos aspectos. Tanto el delicado tratamiento de los sentimientos y emociones de los personajes como el carácter pictórico (que en absoluto significa abigarramiento o esteticismo, sino todo lo contrario) o la discreta y cuidada simetría de la composición visual, destacan poderosamente en su filmografía, pendiente aún de la difusión y el reconocimiento que merece.

PROGRAMA DE CINE: FRANÇOIS TRUFFAUT (2ª parte)La Filmoteca Canaria cierra la programación del 2011 con la segunda parte del ciclo dedicado el año pasado a François Truffaut (1932-1984), uno de los grandes directores del cine francés. En esta segunda parte se proyectarán las cinco últimas películas de su filmografía (El diario de Adèle H., La habitación verde, El último metro, La mujer de al lado, Vivamente el domingo), interrumpida inesperadamente por su prematura muerte a los 52 años. Acasi treinta años de su muerte, su credo, expresado por uno de sus personajes, sigue siendo válido: “Ninguna vida privada marcha bien. Hay más armonía en el cine que en la vida. No hay atascos de transito en los filmes, no hay agujeros, no hay tiempos muertos. Las películas avanzan como trenes en la noche. Yla gente como tú y como yo estamos hechas para ser felices en el trabajo, haciendo cine”. Parece indudable que su obra fue producto de una determinada época, propicia a la agitación ideológica y a profundos cambios en el mundo del cine, a los que su trabajo intentaba responder con nuevos modos expresivos, pero lo mejor que se puede decir de Truffaut lo dicen sus películas, y éstas en su última etapa hablaban del amour fou, ese estado de arrebato amoroso, inusual y peligroso en su intensidad y, muchas veces, en su objeto de deseo. Truffaut no pudo terminar su carrera con dos historias de amor más extremas: La historia de Adèle H. y La mujer de al lado. “Cuando una relación amorosa termina mal”, escribió Truffaut, “todo a nuestro alrededor parece tener algo que ver con nuestro drama personal. Cada película, cada novela si acaso estamos aún en condiciones de ver o leer parece parafrasear nuestra lamentable aventura, cada canción escuchada en la radio habla sobre nosotros, expone nuestros errores y confirma nuestras humillaciones. He aquí los estados extremos del amor que había querido mostrarles desde hace algún tiempo”.

PROGRAMA DE CINE: JACQUES TATI.La Filmoteca Canaria, con la colaboración de la Alianza Francesa, ha programado para enero y febrero de 2010 un ciclo de cine dedicado a Jacques Tati (1908-1982), director, actor, mimo, clown y genio olvidado de la comedia cinematográfica, heredero directo de los maestros del mejor cine cómico mudo norteamericano y francés. Su verdadero nombre era Jacques Tatischeff. Nació en Le Pecq, una localidad cerca de París, en el seno de una familia de aristócratas rusos emigrados, en la que recibió una esmerada educación, y destacó en los deportes, capacidad atlética que le fue muy útil en los comienzos de su carrera en cabarets y cafés de variedades. Sobre la base de sólo cinco películas (Día de fiesta, Las vacaciones del señor Hulot, Mi tío, Playtime y Tráfico), en un período de 20 años, logró reformular la comedia de gags convirtiéndola en un juego intelectual. Aunque Tati influenció a directores tan diversos como Jerry Lewis y Robert Altman, su carrera parece ser al mismo tiempo el comienzo y el final de una tradición cómica iniciada en los locales de music-hall. De allí pasó a actuar en algunos filmes hasta que se impuso con dos películas que dirigió e interpretó y que marcaron una fecha en la historia de la comicidad: Día de fiesta y Las vacaciones del señor Hulot, visión satírica del veraneo pequeñoburgués en una plácida localidad costera.

PROGRAMA DE CINE: FRANÇOIS TRUFFAUT (1ª parte)La Filmoteca Canaria cierra la programación del 2010 con un ciclo dedicado a uno de los grandes directores del cine francés, François Truffaut. Esta primera parte - el ciclo constará de dos partes , esta dedicada a su primera etapa, aquella que vio nacer a Antoine Doinel, ese personaje que es la síntesis de dos personajes reales: el del actor Jean-Pierre Léaud y el propio Truffaut. “Para mí, las películas de Antoine Doinel son un poco como un carnet de notas, no pongo nada que no conozca. Transcurren en el París que he vivido de pequeño, los personajes son amigos míos. Si Doinel, por ejemplo, trabaja coloreando flores de plástico, es porque conocía a alguien que lo hacía. De esta forma voy construyendo estas películas”, dijo Truffaut en Nuestro cine, números 103-104, 1970. La infancia, y más en concreto la historia de su propia infancia, sirve de motivo para Los cuatrocientos golpes, primera película de una de las más bellas sagas cinematográficas dedicada a un personaje, Antoine Doinel, del que Truffaut escribió que está “bastante cerca de mí sin ser yo, bastante cerca de Jean Pierre Léaud sin ser Jean Pierre Léaud”. El ciclo se completa con El amor a los 20 años, Besos robados, Domicilio conyugal y El amor en fuga, películas en las que nuestro héroe tiene sus primeros amores, sus primeras decepciones, pero al final acaba casándose, aunque en lo profesional no da señales de avance: continúa saltando de trabajos que van creciendo en su ridiculez. Todas estas situaciones cobran en la pantalla la dimensión de la vida misma, ningún personaje es excepcional pero todos nos sobrecogen en su cotidianidad: hablan, ríen, mienten, discuten, aman y se traicionan con naturalidad, acabando por aceptarlos como lo que Truffaut pretende que sean: vecinos, amantes, amigos.

PROGRAMA DE CINE: TAL COMO SOMOSLa Filmoteca Canaria ha programado para los meses de septiembre y octubre un ciclo de cine con los mejores documentales realizados en los últimos años bajo el título Tal como somos. El ciclo consta de seis documentales premiados en numerosos festivales (El abogado del terror de Barbet Schroeder, Joe Strummer: vida y muerte de un cantante de Julien Temple, Nosotros alimentamos al mundo de Erwin Wagenhofer, Cineastas contra magnates de Carlos Benpar, Workingman's death de Michael Glawogger y Líbranos del mal de Amy Berg) que nos enseñan el mundo tal como es: situaciones y personas marginadas, injusticias sociales y sucesos escandalosos como los abusos a menores o la defensa legal del horror ilegal llevada a cabo por abogados sin escrúpulos, que marcan nuestro día a día. Todo desde una perspectiva diferente como pedía el autor de El hombre de la cámara, el cineasta innovador, teórico, poeta, agitador, editor, propagandista y pilar imprescindible del cine documental genuino Dziga Vertov. “Debemos rebelarnos”, decía Vertov, “contra la conclusión del 'director encantador' con el público sumiso al encantamiento. La conciencia puede formar, por sí misma, un ser humano que tenga opiniones firmes, convicciones sólidas. Necesitamos seres humanos concientes, no una masa inconsciente dispuesta a ceder a la primera sugestión que se le presente”.

PROGRAMA DE CINE: FOCUS SUDESTE ASIÁTICO.Al igual que las mareas, el cine evoluciona en base a movimientos, como el de la nouvelle vague francesa, el del free cinema inglés, e incluso antes, como el del neorrealismo italiano. Es difícil encontrar una cinematografía que no haya tenido en algún momento esa corriente que la surte de aire fresco, nuevas ideas y nuevas maneras de entender el cine. La cinematografía asiática no ha sido tampoco ajena a ello, y así tenemos el nuevo cine japonés de los años sesenta, la quinta generación china de los ochenta o los nuevos cines hongkoneses. Ahora la Filmoteca Canaria quiere volver la mirada sobre el sudeste asiático para acercar al público a cinematografías tan poco habituales en las salas comerciales como la indonesia, la malaya o la filipina. Abrirán el ciclo la ópera prima Blind Pig Who Wants to Fly, con la que el cineasta indonesio Edwin trata de dinamitar cualquier frontera cultural, proponiendo una narración que proyecta el problema de la identidad nacional de sus personajes y de sus imágenes más allá de cualquier paradigma. No son pocas las películas pequeñas, aparentemente sin pretensiones, cuya sencillez ha cosechado un considerable éxito crítico. Es el caso del conmovedor relato iniciático The Rainbow Troops, nominada a la Mejor Película en la pasada edición de los Premios del Cine Asiático, o del tierno y crudo “neorrealismo” del que hace gala Service, film dirigido por el primer cineasta filipino invitado a participar en la sección oficial del festival de Cannes, Brillante Mendoza. Participa igualmente de esta sencillez narrativa Rain Dogs, retrato de la banalidad de la vida en una Kuala Lumpur sucia y caótica.